Enseñar y aprender

Te llegó alguna vez esa pregunta que dice: ¿y ahora qué más tengo que aprender?
Sentiste qué hiciste tu tarea, buscaste “respuestas”, indagaste en tu espiritualidad hasta poder descubrirla, sanaste traumas y condicionamientos ancestrales, soltaste, perdonaste, diste y recibiste, pero todavía aparece esa duda existencial antes de cerrar los ojos, un día más.
Puede ser incluso que medites, o practiques Yoga buscando conexiones cada vez más profundas, pero igual viene algo que te sacude la estantería, te deja desconcertado y entonces ahí vuelve la pregunta.

¿Y ahora qué más tengo que aprender?

Ésta pregunta posiblemente no cese mientras estés respirando en forma humana, vinimos acá a eso, a aprender y enseñar. Y si ésta pregunta vuelve a aparecer sin cesar es porque de verdad te importa aprender, y ya estás hábil para ver y sentir cuando algo te moviliza.
Algo te corre de la comodidad y te da un sacudón simplemente porque es hora de despertarte, moverte y llevarte un poco más allá en tu crecimiento.

Así entre tantas preguntas de a poco te das cuenta de que ante todo hay una respuesta que te moviliza, simplemente se trata de aprender a ser buenas personas con lo que somos y con lo que es, pudiendo aceptar sin juzgar-nos.
Ya verás qué más tenés que aprender vos, yo con lo mio ya tengo suficiente. Tal vez lo que más nos ilumine como seres es comprender que nunca lo sabremos todo.

Entonces te darás cuenta por un momento de que nunca vas a dejar de aprender, y vas a mutar con cada aprendizaje nuevo y así también, muta y se transforma tu entorno. Si todxs comprendieramos en el mismo momento presente que cada segundo es una nueva oportunidad de hacer las cosas con más amor, con más dicha. Cada nueva oportunidad es un desafío de hacer las cosas mejor, y, ojo al piojo, porque hacer las cosas mejor no siempre es «hacer» en el sentido estricto que le damos corrientemente a esta palabra, a veces se trata simplemente de serenarte y observar, de buscar la quietud y convertirte en la paz desde tus entrañas, aprender a hacerte permeable a lo que el Universo te trae, o como lo dice el mindfulness, atención plena al momento presente sin juzgar o rechazar la experiencia, con una actitud amable y cálida.

Así que bendito seas cada vez que esta pregunta te viene a tocar la puerta. Puede que como a mí te lleve a sentirte cada vez en más gratitud, el que más tengo que aprender como un interrogante constante me acerco al Yoga, y a estar hoy ya hace doce años compartiendo clases, cursos , formaciones y talleres a personas de todo el mundo que lo único que han hecho fue enriquecer mi experiencia cómo persona humana, simple y presente. Les quiero compartir un poema que siempre suscita en mí gratos sabores y desearles siempre un feliz y bendecido presente.


Tere.

Cuando me amé de verdad.
«Cuando me amé de verdad
comprendí que en cualquier circunstancia,
yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,
y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima

Cuando me amé de verdad,
pude percibir que mi angustia,
y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal
de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… Autenticidad

Cuando me amé de verdad,
dejé de desear que mi vida fuera diferente,
y comencé a aceptar todo lo que acontece,
y que contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama… Madurez

Cuando me amé de verdad,
comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona,
sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento,
o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto
.
Cuando me amé de verdad,
comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:
personas, situaciones y cualquier cosaque me empujara hacia abajo.
De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama… Amor Propio

Cuando me amé de verdad,
dejé de temer al tiempo libre
y desistí de hacer grandes planes,
abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,
cuando quiero, y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez

Cuando me amé de verdad,
desistí de querer tener siempre la razón,
y así erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es… Humildad

Cuando me amé de verdad,
desistí de quedarme reviviendo el pasado,
y preocupándome por el futuro.
Ahora, me mantengo en el presente,
que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama… Plenitud

Cuando me amé de verdad,
percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme.
Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón,
ella tiene una gran y valioso aliado.
Todo eso es… Saber Vivir

No debemos tener miedo de cuestionarnos,
de hecho hasta los planetas chocan,
y del caos suelen nacer la mayoría de las estrellas.»
Charles Chaplin

«Solo hay dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el día correcto para amar, creer, hacer y vivir.

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